viernes, 22 de febrero de 2013

Retraimiento.

Hijos de la ciudad, conoceis el sabor del asfalto. Os late el corazón como un reloj. Sois alérgicos al polen, al polvo y al pelo de gato. Aborrecéis a los insectos, a los pájaros también. Lleváis a los animales limpios y perfumados, atados con una correa, recogéis su mierda y cuidáis de su alimentación.

Os perdeis por las calles con la mirada velada por las gafas de sol ¿Teméis la luz? Puede, por eso os movéis por las galerías subterráneas, corriendo sin descanso, ignorantes del pie amenazador que planea sobre nuetras existencias eficientes y bien organizadas.

Los hijos de la civilización empachan sus sentidos esquivando la humanidad.


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