viernes, 22 de febrero de 2013

Juventud divino tesoro


Si llevo los cascos no oigo las risas cantarinas de un adolescente que se finge gallo peleón. Galantes en el parque, ebrios como si todo acabara mañana, danzan buscando la excelsis de aquel subidón. Las niñas bonitas me dicen que si las quiero, pelee por ellas, me acobardo como el vagabundo al que ladra el perro.

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