viernes, 22 de febrero de 2013

Metáforas de la vida que dejo incompleta.

Erguido ante la naturaleza, el viento me fustigaba despiadado y silbaba rabioso al colarse entre las grietas del mundo. Busqué la paz a trompicones por el barro, la bahía estaba desierta. Cuando ya estaba por rendirme, un guiño del destino me libró de la carga que arrastraba. Alcé los brazos al cielo gritando: nada importa en verdad, estamos solos.
Canté, reí y bailé como un loco, mostrando los dientes a las estrellas, hasta que inconsciente y agotado, miré a mi alrededor y descubrí que una cloaca a mi lado vomitaba aguas fecales ¡luché contra un aire de mierda y creí que vencía!

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