viernes, 22 de febrero de 2013

III

He andado hasta encontrarte. Ahora he comido golosina de tus labios. Creí que eramos sólo blanda carne, más débil que la piedra, para entregar a la tierra como merienda de gusanos. Una criatura tan apegada a la vida como la llama agonizante que busca oxígeno en el cuello de una botella. Contigo me siento en casa. Ya no quiero dormir y no despertar, quiero compartir contigo el mundo.

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