He andado hasta encontrarte. Ahora he comido golosina de tus labios.
Creí que eramos sólo blanda carne, más débil que la piedra, para
entregar a la tierra como merienda de gusanos. Una criatura tan
apegada a la vida como la llama agonizante que busca oxígeno en el
cuello de una botella. Contigo me siento en casa. Ya no quiero dormir
y no despertar, quiero compartir contigo el mundo.
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