En la isla de Circe,
ya no reconozco a mis compañeros que, encorvados, hociquean por el
suelo.
Sólo Ulises
permanece altivo y sereno.
Gloria a ti, oh
héroe, que no te ufanas en los instintos como un cerdo.
Para ti el hogar y también la esposa fiel. Alcanzarás la fama fiado de tu ingenio.
Mientras yo en la pocilga, engullo los restos que me echan y engordo satisfecho, hasta el día que me lleven al matadero. Entonces no quedará de mi paso por esta vida, más que grasiento embutido de fiambre.
Para ti el hogar y también la esposa fiel. Alcanzarás la fama fiado de tu ingenio.
Mientras yo en la pocilga, engullo los restos que me echan y engordo satisfecho, hasta el día que me lleven al matadero. Entonces no quedará de mi paso por esta vida, más que grasiento embutido de fiambre.
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